Emite DIF recomendaciones para evitar depresión y ansiedad en adolescentes

provocan envidia, problemas de autoestima y violencia.

Tabasco,.-Para Ana Leticia Gómez García, titular de la Dirección de Orientación Familiar y Asistencia Social, la falta de valores y el acceso discrecional a contenidos negativos provocan envidia, problemas de autoestima y violencia.
Se trata, advierte, de trastornos en los que los jóvenes quedan inmersos en varios círculos viciosos de resentimiento, que los puede llevar a la violencia y suicidio.
Pide a padres de familia y a maestros destinar mayor atención y formación de valores desde que la formación del infante.
Ante el aumento de casos de depresión y ansiedad en los adolescentes, que en muchos de ellos han desatado violencia y suicidio, el DIF llamó a padres de familia y maestros a trabajar más en la detección a este tipo de problemas, prevenir con la procuración de valores y de ser necesario, canalizar a los jóvenes a una atención profesional.

En entrevista, Ana Leticia Gómez García, titular de la Dirección de Orientación Familiar y Asistencia Social del Sistema DIF- Tabasco, reconoce que la pandemia del COVID-19 y el uso discrecional de los contenidos de las redes sociales disparó la depresión y ansiedad en los jóvenes, lo que ha llevado a redoblar los esfuerzos institucionales para contrarrestar el suicidio en ellos.

Ana Leticia Gómez García, directora de Orientación Familiar y Asistencia Social del Sistema DIF- Tabasco.

“La pandemia vino a ser un parteaguas para incrementar este tipo de problemática en nuestra juventud, se vino a la alza la depresión, la agresividad, la impulsividad y cuestiones de nerviosismo, sobre todo la parte de la ansiedad, no se había visto con tanta frecuencia o con esa intensidad, como ahorita se está viendo”, refirió.

Además alertó que “la cuestión de la depresión, tristemente es un factor que en Tabasco hemos estado luchando, yo creo que es de conocimiento general y todos los tabasqueños que luchamos contra esto, porque siempre hemos tenido índices muy altos de suicidio; hemos estado en los primeros lugares tristemente y la pandemia vino a incrementar o también lo que ya habíamos mejorado, vino un poquito a volver a tumbar ese trabajo”.

Para la sicóloga Ana Leticia Gómez, un factor que ha sido determinante para atomizar una multiplicidad de trastornos en los adolescentes, es la tecnología, que a través de dispositivos móviles permite el acceso discrecional a contenidos que les provocan comportamientos, como la envidia, problemas de autoestima, violencia y suicidio.

“Hemos visto en cuestión de agresividad, también me refiero a las cuestiones del bullying escolar y el bullying cibernético. La tecnología nos está haciendo pagar unas facturas muy caras. Los jóvenes por ahí también se ensimismizan, lo que favorece la depresión, la ansiedad, -todo ello por- estar pegados –mucho tiempo- a un aparato tecnológico”, aseveró.

Se trata, advierte, de trastornos en los que los jóvenes quedan inmersos en varios círculos viciosos, en el que los principales actores de formación de valores, que son los padres de familia, deben de revertirlos y de ser posible, desde la etapa de infancia en la que también pueden tener su origen.

“Las redes sociales es una irrealidad, pero el joven no lo detecta y lógicamente, se compara con lo que está viendo, con tipos de vidas, con tipos de cuerpo, con tipos de belleza. Y viene a golpear mucho en la autoestima. Pero al golpear el autoestima, viene la depresión, pero también viene la envidia. Y la envidia genera enojo y entonces, se empiezan a atacar aquellas personas que tienen, lo que ellos no tienen y es un círculo vicioso que se hace y tenemos que romperlo”, apuntó.

En tal sentido, señaló que como sociedad, pero más como padres de familia, “tenemos que empezar a trabajar en esto y romper estos círculos viciosos que están haciendo mucho daño a nuestros jóvenes y tenemos que empezar desde la primera infancia y empezar desde casa”.

Por ello, Gómez García es realista con sus consejos. Insiste que es en la casa, en la familia, donde los padres pueden prevenir, cumpliendo con su rol, poniendo en práctica una buena comunicación con los hijos y no desestimarlos con un mal comentario cuando ellos están reclamando atención.
La comunicación con los hijos, recalca, es viéndolos a los ojos, no haciéndoles un solo comentario y tener la mirada fija a la pantalla del celular.

“El contacto visual es me importas, estoy aquí, vales, si yo no te volteo a ver, estoy siendo de alguna manera indiferente contigo. Y eso golpea. El tiempo que se pasa en las redes sociales, que los padres pasan… De por sí, el trabajo, las labores de la casa, todo esto que se tiene que hacer y que quita tiempo por estar con los niños. Pero sí, aparte mis momentos de descanso, me pongo a ver la televisión, mis telenovelas o me quedo pegado en el celular sin prestar atención, estoy lógicamente golpeando a mi familia y momentos de calidad que debo y necesito tener para fortalecer la seguridad, la autoestima, el amor propio de los niños y fortalecer los lazos de una convivencia familiar”, indicó.

Y va más allá, al recomendar que no sólo es contacto visual, sino también el físico en la convivencia con los hijos, dar afectivamente una palmadita o un beso.

“Necesitamos volver a retomar esta convivencia, ver a los niños, tocarlos. Muchos padres ya no están tocando a los niños. Se da el beso, pero al aire. No, señores, hay que dar el beso donde se sientan los labios, en la mejilla del menor. Que realmente reciba ese afecto. No, nada más. Sí, el besito y volado. Este contacto que me hace sentir el afecto directo, que me hace sentir que soy importante, que mi papá está muy apurado, pero pasa y me da una sobadita en el hombro. Pasa y me da una pequeña caricia en el cabello, que me mira cuando yo le quiero decir algo”, sugirió.

Tomar una actitud contraria con los menores, en la que no se les escuche ni haya un involucramiento con su narrativa, sus ídolos, sino insensibilidad para con ellos, advierte, puede desembocar en que, desde que son niños, en etapas depresivas, porque no son valorados, y de ahí les sobreviene otras actitudes, como el enojo y el resentimiento que los lleva a huir del hogar, incluso.

 

“Prefieren estar fuera de casa, que en la propia casa y fuera de casa está el peligro de las malas juntas, como las adicciones también, porque tristemente muchas veces los jóvenes tienden a evadir sus problemas, a través de cosas o sustancias que los hagan sentir mejor. ¿Y cuáles son esos, alcohol o drogas? Tristemente hemos visto, la agresividad, pandillas, un sinfín de cosas que a lo mejor nuestros hijos no se van por el lado negativo de adicciones, pero ver un hijo depresivo o un hijo con ansiedad no es nada favorable”, acotó.

Ana Leticia Gómez asegura que los niños, incluso, con actitudes, avisan de lo que en futuro inmediato puede ser un trastorno, como cuando con histrionismo quieren llamar la atención, por lo que – si se identifican a tiempo- es posible intervenir oportunamente y brindarles una visión positiva del mundo.

Desde la Dirección de Orientación Familiar y Asistencia Social – conocida como DOFYAS y que ella encabeza- , el DIF- Tabasco brinda atención desde la infancia, a través de los seis Centros de Atención Infantil, antes denominados Cendis, en los que son tratados niños desde lactancia hasta preescolar, como en el Centro de Atención al Adolescente Tabasqueño.

“Tenemos un área de talleres, hay un gimnasio, se dan clases de dibujo, se da zumba, se da yoga, que –este último- es excelente para este tipo de problemas, donde los jóvenes pueden llegar a descargar sus emociones, canalizar sus impulsos de una manera más sana, a encontrar sus propias habilidades y que los haga sentir orgullosos de que ellos son valiosos”, refirió.

Menciona que como atención externa, la Dirección de Orientación Familiar y Asistencia Social también remite a los padres de familia a que acudan a terapia profesional por parte de los servicios que ofrece el DIF, a partir de dialogar y concientizarlos sobre su problemática y la de su hijo, sobre todo cuando se detecta que se requiere una ayuda adicional para el joven.

 

En las escuelas, precisa, personal de la Dirección que encabeza, DOFYAS, acude a impartir pláticas para prevenir a los adolescentes sobre violencia escolar, porque alertó hay comportamientos negativos de moda, como el cutting, que consiste en que sean los mismos jóvenes los que se realizan un corte en la piel. A los maestros en particular, se les capacita con el taller El Buen Trato, que tiene como fin rescatar valores.

“Aquí (en las escuelas) todos necesitamos trabajar en los valores, pero empezando desde la puntualidad, desde la higiene, porque esto es una cadenita. Si yo empiezo a trabajar en los valores, vamos escalando y vamos subiendo y si vamos dejando, va en retroceso. Entonces, como sociedad nos corresponde a todos las instituciones, todas también todos podemos y debemos meter las manos en este trabajo que es conjunto”, puntualizó.

En la entrevista, Ana Leticia Gómez insiste en que si bien existe preocupación de atender la problemática de depresión en niños y adolescentes por parte de la presidenta del Sistema DIF-Tabasco, Guadalupe Castro de Merino, como de su coordinadora general, Celia Margarita Bosch, la respuesta debe ser de todos los actores relacionados con la formación de valores y educativa de los niños y adolescentes.

“La responsabilidad es de todos, no podemos hacer caso omiso o hacernos los ciegos a la problemática que están teniendo nuestros jóvenes. Primeramente, yo creo que por humanidad, por empatía, porque a nadie nos gusta ver a niños y jóvenes sufriendo y otra también hay que pensar en el futuro. Los jóvenes de hoy son los que van a regir el Tabasco de mañana, este hablando de nuestro estado. Y mientras mayor salud mental haya en la gente, vamos a tener mejores –personas- y resultados”, indicó.

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