La propuesta de Álvarez Máynez para una reforma fiscal progresiva es interesante y se enfoca en áreas clave como la salud pública y el medio ambiente.
Cobrar más impuestos a empresas refresqueras y tabacaleras puede ser una forma de desincentivar el consumo de productos que contribuyen a problemas de salud como la obesidad y enfermedades relacionadas con el tabaco. Además, gravar a las personas y empresas más contaminantes puede promover prácticas más sustentables y reducir la huella ambiental.
Su enfoque en la redistribución de la carga fiscal hacia quienes más impactan en la salud y el medio ambiente muestra una preocupación por la equidad y la justicia climática. Además, al criticar la falta de propuestas concretas sobre cómo financiar medidas sociales por parte de sus rivales, destaca la importancia de abordar no solo el gasto público, sino también la manera en que se financian dichas políticas.
En general, su propuesta parece estar fundamentada en principios de responsabilidad social y ambiental, y podría generar un debate valioso sobre cómo mejorar el sistema fiscal para abordar los desafíos contemporáneos.
